Cómo trabajar el deterioro cognitivo y el envejecimiento

Cuando llegamos a la edad adulta, uno de los problemas que más nos preocupa es la demencia, que en la actualidad afecta a 50 millones de personas en todo el mundo y sigue en crecimiento. Según apunta la Organización Mundial de la Salud, cada año hay unos 10 millones de casos nuevos y con un pronóstico de que se tripliquen al llegar a 2050.

En este sentido, la demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores, afectando a otras personas como cuidadores y familias.

A día de hoy, aún no existe un tratamiento curativo para la demencia pero disponemos de herramientas que pueden retrasar el inicio o la progresión de la enfermedad. Hablando, por ejemplo, de las nuevas tecnologías y de cómo su uso generalizado entre la población mayor con deterioro cognitivo leve ayuda a mejorar la calidad de vida de estas personas.

¿Qué es el deterioro cognitivo?

Podemos definir la cognición como la acción y efecto de conocer, cuyo proceso implica el uso de habilidades mentales como la atención, la memoria, los sentimientos, el razonamiento, la capacidad para resolver problemas, la toma de decisiones y, finalmente, el aprendizaje. Con el paso del tiempo, estas habilidades y capacidades van disminuyendo hasta llegar incluso a límites muy bajos, por lo que hablamos de deterioro cognitivo.

Este deterioro presenta distintos tipos o grados que se determinan mediante pruebas neuropsicológicas que indican cuáles son las alteraciones y capacidades preservadas. Así pues, la enfermedad se clasifica, según la Escala de Reisberg o la Escala Global del Deterioro ,para la Evaluación de la Demencia Primaria Degenerativa (GDS) en:

Deterioro cognitivo muy leve y leve: se da cuando la persona sufre pequeñas pérdidas de memoria (olvidarse de nombres, ubicaciones, etc.), así como tener dificultad para encontrar las palabras correctas.

Deterioro cognitivo moderado: aquí la persona tiene además dificultades para concentrarse, sufre pérdida mayor de memoria como el olvido de eventos recientes, y presenta dificultad para realizar cálculos o ir solo a lugares nuevos. Se considera la etapa temprana de la demencia.

Deterioro cognitivo moderadamente severo: en esta fase, la persona presenta deficiencias serias de memoria y necesita ayuda para realizar actividades cotidianas, como vestirse, bañarse o preparar la comida. Se considera la etapa media de la demencia.

Deterioro cognitivo severo: aquí la persona olvida nombres de miembros de la familia y tiene muy poco recuerdo de momentos recientes. Sufre también pérdida de control sobre la vejiga y los intestinos, por lo que les genera incontinencia. Otros rasgos característicos son los cambios de personalidad, tales como delirio, convulsiones o ansiedad, entre otros.

Deterioro cognitivo muy severo: este es el caso más grave, donde la persona no tiene habilidad para hablar o comunicarse y requiere ayuda para todo tipo de tareas. Se considera la etapa avanzada de la demencia.

Cómo trabajar el deterioro cognitivo leve con las nuevas tecnologías

El deterioro cognitivo leve es la primera etapa y suele estar asociada a la edad. De hecho, hay estudios que afirman que el 30% de las personas mayores de 65 años sufren esta enfermedad.

Los síntomas del deterioro cognitivo leve más frecuentes en personas mayores son:

  • Facilidad para perderse en lugares nuevos.
  • Rendimiento laboral pobre.
  • Problemas para recordar palabras y nombres.
  • Poca retención al leer un libro, una revista o el periódico.
  • Dificultad para recordar a personas nuevas que ha conocido.
  • Facilidad para colocar en lugares erróneos objetos de valor.
  • Dificultades para concentrarse.
  • Dificultad para tomar decisiones, planificar pasos para realizar una tarea o comprender instrucciones.

Como hemos visto, es posible que el deterioro cognitivo leve aumente el riesgo de padecer demencia en el futuro, causada por el Alzheimer u otro trastorno neurológico. Sin embargo, algunas personas con este trastorno nunca empeoran y algunas incluso mejoran con el tiempo, sin afectar a la realización de actividades cotidianas.

Para tratar el deterioro cognitivo sin fármacos, debemos jugar con la estimulación cognitiva, ya que hay evidencias científicas de que ralentiza la progresión del deterioro cognitivo en personas mayores.

Es importante que sepamos que las neuronas no detienen su desarrollo en la infancia, sino que siguen creciendo durante toda la vida, incluso cuando envejecemos desarrollamos nuevas neuronas, pero este desarrollo está influenciado por las actividades cognitivas que realicemos. Por ello, será de vital importancia que saquemos partido a esta “gimnasia mental” con el uso de la tecnología como herramienta.

Para empezar, podemos trabajar la cognición con aficiones y hobbies y así sacaremos más partido de nuestras capacidades, estaremos más motivados y predispuestos a participar en actividades que involucren nuevas tecnologías. Además, sería muy beneficioso escoger un programa, aplicación o juego que trabajase las áreas cognitivas afectadas e incluso las mantenidas.

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