¿Quieres vivir más y con mejor calidad? Te proponemos 9 hábitos sencillos que podrás hacer en el día a día para conseguir este propósito.
Muévete: no hablamos de ir al gimnasio cada día y hacer maratones, simplemente algo de actividad física cada día, como pasear o ir andando siempre que puedas. La cuestión es mover el cuerpo, evitar tener una vida sedentaria, pero no forzarlo para llegar al límite de sus capacidades.
Márcate un propósito: levantarse cada día con un objetivo es fundamental para hacerlo con alegría y optimismo. Esa es clave para ser más proactivos y positivos.
Establece límites y relájate: estresarse hoy en días es lo más fácil del mundo y nadie se libra, pero la clave está en saber parar a tiempo, respirar profundamente y relajarse. El estrés no trae nada bueno y provoca enfermedades inflamatorias crónicas. Por ello, es importante que tomes conciencia de ello y tengas tu propia rutina de ejercicios para relajarte, como meditar, pasear o estar en silencio. Estos momentos ayudan a desestresarte, a desinflamarte y a vivir más y mejor. Con unos 10 minutos al día de relajación será suficiente.
Aplica la regla del 80% en las comidas: come hasta que te llenes un 80% y no hasta no poder más, ya que es contraproducente. Así, solo comerás lo que tu cuerpo necesita.
Apuesta por una dieta vegetal: las legumbres, vegetales y las frutas son la base imprescindible sobre la que construir la dieta.
Rodéate de buena gente: hay un dicho que dice que “la soledad mata”, pero estar con la gente equivocada también. Por ello, es muy importante que tengamos en nuestra vida personas buenas con las que conectemos y con las que seamos verdaderamente felices.
Únete a algún grupo: el sentimiento de pertenencia es muy importante y genera un vínculo fuerte, ya sea a una asociación, grupo religioso o equipo de voluntariado, por ejemplo.
Todos estos hábitos, nos harán vivir con más energía, con más fuerza y con más salud, teniendo menos probabilidad de sufrir enfermedades crónicas, como el alzheimer, la depresión y la demencia.
Además, la calidad del sueño también se verá mejorada y, consecuentemente, la calidad del día. Y si esas horas en las que estamos despiertos las pasamos con personas que nos aportan, no solo mejoran la calidad de vida y felicidad tanto a corto como a largo plazo, sino que contagias tu felicidad a otras personas.