Ahora que llega el calor y puede hacer mella en nuestro organismo, tenemos que llenarnos de vitalidad con una alimentación especial, más refrescante y nutritiva. Así que, hoy en Residencial Nodromar te damos algunas pautas para que las lleves a cabo en esta época estival.
Come alimentos que te aporten “grasas buenas”
Las grasas insaturadas o «grasas buenas» ayudan a cuidar el corazón, regulan las hormonas y son indispensables para absorber las vitaminas liposaludables (A, D, E y K). Estas grasas pueden ser poliinsaturadas y monoinsaturadas, y la encontramos en alimentos como el pescado azul, como el salmón, las sardinas, el arenque, bonito o el atún (todos ellos ricos en omega 3), el aceite de oliva, o los frutos secos.
Evita las grasas saturadas o “malas”
Este tipo de grasas están presentes en embutidos, leche entera, quesos, nata o aceites vegetales como el de palma y el de coco.
Llénate de proteínas
Hay proteínas con un alto valor biológico, es decir, que tienen los nueve aminoácidos esenciales, en alimentos de origen animal (carnes, pescados, huevos, leche) y otras de bajo valor biológico, que se encuentran en legumbres, frutos secos, cereales o setas.
Lo aconsejable es que las proteínas aporten el 15% del total de las calorías de la dieta, reduciendo la ingesta de carnes y aumentando las proteínas vegetales, además de elegir más pescados y aves que carnes rojas.
No olvides comer a diario fruta fresca, verduras y algunos frutos secos. Conseguiremos ayudar a funcionar mejor a nuestro cerebro gracias a las vitaminas B1, B6 y B9 y de antioxidantes (vitaminas E, A y C) que necesita para alimentar la capacidad cognitiva como la memoria, la concentración y la agilidad mental.