Las proteínas son muy importantes para nuestro organismo porque son el principal componente estructural y funcional de las células, y son grandes moléculas formadas a partir de aminoácidos.
Suponen aproximadamente el 17% de la masa corporal y su importancia en la dieta se debe a su capacidad de aportar aminoácidos para atender al mantenimiento de la proteína corporal y al incremento de esta durante el crecimiento. Por ello, podemos decir que las proteínas son nutrientes esenciales para el crecimiento y el mantenimiento de las estructuras corporales.
Las proteínas de la dieta son imprescindibles para sustituir a las que pierde el organismo. Y es que, se estima que el cuerpo sintetiza unos 300 g de proteína al día. De este modo, alrededor del 80 % de los aminoácidos que resultan de la degradación de proteínas son reciclados para la síntesis proteica, el resto son degradados y deben ser sustituidos por aminoácidos sintetizados por el organismo o por aminoácidos de la dieta, si no pueden ser sintetizados.
El cuerpo humano contiene entre 6 y 10 kg de proteínas y su pérdida implica el deterioro de la función. Así, se estima que la pérdida de más del 30 % de las proteínas corporales constituye un riesgo mortal. Por eso, el aporte adecuado de proteínas y energía es fundamental para conservar la función, la integridad celular y la salud.
Proteínas y personas mayores
A modo general, en una persona mayor, lo ideal sería que las proteínas constituyan el 15% del valor calórico total de la dieta. Si este consumo es insuficiente y además hay una falta de apetito, por trastornos en la deglución, masticación, digestión o absorción, o por cualquier enfermedad como, pueden condicionar la aparición de malnutrición, asociada a una mayor frecuencia de complicaciones y a un empeoramiento de la calidad de vida.
Si la ingesta no es suficiente en proteínas y calorías, suele aparecer la delgadez, la falta de fuerza y de movilidad, entre otras. Además, el déficit de proteínas también se asocia a una mayor tasa de infecciones. Todo el sistema inmunitario se fundamenta en proteínas, de manera que una ingesta insuficiente repercute en la síntesis de linfocitos e inmunoglobulinas.
Para incrementar la ingesta de proteínas en las personas mayores deberemos
- Incluir en todas las comidas carne o pescado, huevo, legumbre y cereales, en cantidades iguales o superiores a la ración tipo de la dieta ejemplo.
- Tomar lácteos, que se encuentran en los cereales, galletas, etc. , y leche en polvo descremada.
- El desayuno y la merienda pueden enriquecerse, además, con frutos secos en polvo (por ejemplo, almendra molida) y las de la comida, cena y media mañana con levadura de cerveza y/o germen de trigo.
- Como postre en la cena se puede optar por queso o requesón con miel, por ejemplo. Las claras de huevo pueden añadirse a cualquier preparación culinaria, con el único requisito de precisar cocción, aunque sea breve.
- También nos podremos ayudar del zumo de naranja, que estimula el apetito, también un consomé o caldo de carne.