Mantenerse activo, física y mentalmente, es una de las mejores manera de llegar a la edad adulta con calidad de vida. Y es que, mantener activa la mente ayuda a que no se deterioren aspectos como el razonamiento, las facultades de cálculo, el lenguaje o la orientación. En este sentido, la estimulación cognitiva se recomienda a cualquier edad, pero es a partir de los 65 años cuando se hace imprescindible.
Podemos decir que la estimulación cognitiva está formada por diferentes métodos y estrategias, con el objetivo de mantener y estimular las capacidades cognoscitivas. Así, trabajamos la memoria, la percepción o la atención, entre otras.
En la tercera edad, este entrenamiento de la memoria se hace fundamental para conseguir la fortaleza intelectual. En este sentido, para Residencial Nodromar es muy importante estos trabajos con nuestros mayores, donde realizamos diferentes talleres, que también sirven de entretenimiento y diversión social, donde intercambian impresiones y se apoyan mutuamente.
Contamos con un equipo de atención multidisciplinar, que realiza una valoración inicial y desarrolla un programa específico de trabajo con actividades de escritura, puzzles encajables, dibujos o figuras, entre otros. Además, algunas de estas actividades se llevan a cabo de manera grupal, siendo así un espacio agradable para la comunicación e interacción social, intercambio de impresiones y apoyo mutuo.
Por ello, llevamos a cabo varias actividades para entrenar, estimular, y rehabilitar la función cerebral, combinando aquellas relacionadas con la mente y con lo conductual y social. La combinación de diferentes juegos terapéuticos, así como la aplicación de variadas metodologías de rehabilitación y aprendizaje, refuerzan sustancialmente las funciones cognoscitivas y evitan que se acelere un posible deterioro.
Al conservar estas facultades intelectuales el mayor tiempo posible conseguirmos el fomento de la autonomía de nuestros mayores, que es el objetivo principal para que sea autosuficiente en la medida de sus posibilidades.