La población envejece a un ritmo en nuestro país que obliga a tomar medidas a los poderes públicos, indica un informe de Obra Social la Caixa y Fundación Matia Instituto Gerontológic.

El informe «Primero, las personas: Cuidar cómo nos gustaría ser cuidados», presentado en Madrid por Obra Social «la Caixa» y la Fundación Matia Instituto Gerontológico, calcula que en 2050 habrá más de 172.000 personas que superen el siglo de edad, 13 veces más de los centenarios que hay en la actualidad en España.

De los más de 8,5 millones de ancianos con los que cuenta hoy por hoy el país, un 31,8% tiene más de 80 años.

La mofa, coloquial, de «vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos» no se circunscribe a la forma de pensar generalizada de los españoles. De hecho, solo un 2% de las personas de entre 55 y 74 años encuestadas escogería el domicilio de sus hijos para pasar sus últimos días. Un rechazo que se amplía al 95,5% de la población. En su lugar, de los casi 5.000 ciudadanos entrevistados por ambas entidades, el 42,3% prefiere seguir viviendo en su hogar, aunque sea al cargo de un cuidador, el segundo destino que elegirían es una residencia (28,6%) y el tercero, a gran distancia, un hogar adaptado (7,4%).

El director corporativo del Área Social de la Fundación Bancaria la Caixa, Marc Simón, y la directora científica del Instituto Matia, Mayte Sancho, radiografiaron ayer ambos planos: las predilecciones de la persona cuidada y las del cuidador. De acuerdo con el documento, en la actualidad una cuarta parte de la población en nuestro país ya se encarga de alguna persona de edad avanzada, y para ellos, reporta una gran satisfacción hacerlo (un 84,1% de los entrevistados suscriben los beneficios emocionales de esta labor).

Mina el estado de ánimo

No obstante, echarse ese peso a la espalda les acarrea un desgaste emocional importante hasta el punto de trastocar (a la baja) su estado de ánimo. Así lo declaran más de cuatro de cada diez cuidadores domésticos, que no ocultan que lo peor de atender a tiempo completo a una persona enferma o en situación de dependencia es la falta de tiempo para uno mismo. Ven reducido su espacio para el ocio considerablemente en más de la mitad de los casos, y si tuvieran que formular un deseo, se decantarían antes por el de disponer de tiempo que por el de recibir ayuda profesional (un 26,7% de las respuestas refrendan esta segunda opción, frente a un 30,9% de la primera).

El «retrato robot» del cuidador es una persona de 35 a 54 años, normalmente mujer, perteneciente a la denominada «generación sandwich», que además de madre de sus hijos, se encarga de sus progenitores, y que en un 16,3% de los casos se ha visto conducida a dejar de trabajar o reducir su jornada laboral para poder encarar toda esa retahíla de tareas familiares. En palabras de Marc Simón, se calcula que 4,5 millones de personas son cuidadores no profesionales, de los que 702.000 tienen más de 65 años.

Mayte Sancho, por su parte, llamó a la concienciación de los poderes públicos teniendo en cuenta que las estimaciones giran en torno a que en 2050 la población mayor se habrá duplicado en el país y que, en ese horizonte, más de 172.000 personas superarán el siglo de edad, 13 veces más de los centenarios que hay ahora en España. De los más de 8,5 millones de ancianos con los que cuenta hoy por hoy el país, un 31,8% tiene más de 80 años. Sancho añadió que, según coteja el informe, «cuanto mayor es una persona, más espera de la familia», mientras que las personas jóvenes confían más en servicios profesionales, voluntariado y son más proclives a vivir en una residencia dado el caso.

En lo que sí se homogeneizan las respuestas es en las mayores preocupaciones al envejecer: perder autonomía, ser un lastre y no poder decidir sobre su propia vida, por este orden.

Fuente: http://www.abc.es

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